jueves, 3 de septiembre de 2015

ATENCIÓN A LA DIVERSIDAD. DISCAPACIDAD INTELECTUAL Y TRASTORNOS DEL ESPECTRO AUTISTA

Las discapacidades del siglo XXI

Los nuevos hábitos, consumo de psicotrópicos, la alta siniestralidad en la carretera, unidos a las secuelas asociadas a una mayor longevidad de la población son algunos factores que estarían detrás del incremento de la prevalencia del daño cerebral y de los trastornos de salud mental, que por su interés y efectos en el empleo han sido objeto de estudio por FSC Inserta.
‘Presente y futuro de las discapacidades emergentes’ es el título de un reciente informe de FSC Inserta cuyo objeto, por una parte, es determinar y, acaso, cuantificar la magnitud de este heterogéneo grupo social: personas con Daño Cerebral Adquirido (DAC); con enfermedad mental grave o crónica (EM) y con enfermedades raras (ER) causantes de graves deficiencias y limitaciones. Pero además profundiza en el conocimiento de capítulos tales como Salud, Estudios, Trabajo y Vida cotidiana, para esclarecer las carencias y necesidades de estas personas con discapacidad de cara a promover su inserción en el mercado laboral (Almoguera, A. (2010). Las discapacidades del siglo XXI. Solidaridad digital. 25.04.2010).


Discapacidad Intelectual

La Asociación Americana de Retraso Mental (AAMR), el organismo de referencia internacional, planteaba en el año 2002 el retraso mental como una discapacidad caracterizada por ciertas limitaciones en el funcionamiento intelectual (C.I. entre 50 y 70 aproximadamente) y la conducta adaptativa, que comienzan antes de los 18 años.

Este es un extracto que nos aporta una reflexión muy interesante en torno a la actitud de la sociedad hacia las personas con discapacidad.

Trastornos del Espectro del Autismo

Los trastornos del espectro autista (TEA) son un conjunto de trastornos del desarrollo que aparecen siempre dentro de los tres primeros años de vida, y que se caracterizan por importantes alteraciones en las áreas evolutivas básicas del niño.

El autismo repercute y se manifiesta en diferentes aspectos de la evolución personal y la relación con el mundo de las personas afectadas:


  • Socialización: les cuesta entender el mundo de los pensamientos, deseos y emociones. Esto interfiere en la interacción social, en la capacidad de autorregularse emocionalmente y provoca ausencia de interés por compartir. 
  • Comunicación: no llegan a utilizar la comunicación ni para interaccionar con otros ni para regular su propio pensamiento. La emplean para pedir o rechazar, no para compartir.
  • Comprensión: no le encuentran sentido a abstraer, representar y organizar su conducta ni a entender la de los demás.
  • Imaginación: no suelen utilizar juguetes apropiadamente, sobre todo los simbólicos (los que sirven para realizar juegos de representación de roles o imaginativos).
  • Diseñando situaciones de enseñanza-aprendizaje en las que tengan cabida diversos grados de adquisición de capacidades y, en todo caso, con expectativas de logro altas.
  • Partiendo de las habilidades que se tienen para avanzar en el desarrollo de las capacidades, teniendo presente que los contenidos relativos a procedimientos y actitudes marcan menos diferencias que los conceptos. Es muy importante insistir en aquellos para lograr un desarrollo equilibrado de todo el alumnado.
  • Incorporando objetivos y contenidos relacionados con la diversidad sociocultural y personal, característica del grupo concreto, lo que favorecerá la valoración de las diferencias y, en consecuencia, repercutirá en un mejor clima de aula.
  • Coordinando la labor realizada desde los diferentes Departamentos Didácticos a fin de consensuar objetivos, criterios de evaluación…
  • Proponiendo metodologías variadas, que faciliten la participación del conjunto del alumnado desde una perspectiva inclusora.
  • Atendiendo a los aspectos socio-afectivos dentro del grupo, además de a los cognitivos, y promoviendo el desarrollo de una autoestima saludable y el respeto a los demás.
  • Optando por una evaluación formativa dirigida a valorar el proceso, el avance en la consecución de los objetivos, ordinarios o adaptados, y el tipo de ayuda pedagógica que requiere cada alumno o alumna.
  • Evaluando de los procesos de enseñanza y especialmente las medidas de atención a la diversidad propuestas, con el fin de apreciar su adecuación a las intenciones perseguidas, las dificultades encontradas y las propuestas de mejora.
Todo lo anterior, plasmado en el currículo tendrá como referente el Proyecto Educativo y quedará reflejado en todos los documentos institucionales del Centro.


Padres y educadores tienen  que estar atentos y mantener la vigilancia en el crecimiento y desarrollo de los chicos. Cuando aparecen variaciones que se apartan de los patrones típicos, es conveniente profundizar un poco más en la exploración y nunca sentarse a esperar para "ver qué pasa".

 “Podríamos decir que hemos pasado de la exclusión (...) a la normalización, la integración y ahora nuestra bandera es la de la inclusión. Queremos que las personas con discapacidad intelectual estén en todos los órdenes de la vida, en todos los ámbitos, sean ciudadanos de pleno derecho, que estén en los centros de ocio, que tengan accesibilidad universal, que sean ciudadanos de pleno derecho como lo somos tú o yo. No existen las personas con discapacidad. Existen las sociedades con discapacidad que no abren las puertas a las personas con discapacidad” (Gerardo Posada, Director Gerente de ANFAS, 23-08-2011, Hoy por Hoy. Cadena SER).

Diversidad

La diversidad es una característica intrínseca de los grupos humanos, ya que cada persona tiene un modo especial de pensar, de sentir y de actuar, independientemente de que, desde el punto de vista evolutivo, existan unos patrones cognitivos, afectivos y conductuales con ciertas semejanzas. Dicha variabilidad, ligada a diferencias en las capacidades, necesidades, intereses, ritmo de maduración, condiciones socioculturales, etc., abarca un amplio espectro de situaciones, en cuyos extremos aparecen los sujetos que más se alejan de lo habitual. Frente a una visión que asocia el concepto de diversidad exclusivamente a los colectivos que tienen unas peculiaridades tales que requieren un diagnostico y una atención por parte de profesionales especializados, consideramos que en los grupos educativos existe una variabilidad natural, a la que se debe ofrecer una atención educativa de calidad a lo largo de toda la escolaridad.

Hay que tener presente, a este respecto, que la educación es un derecho básico, de carácter obligatorio recogido en la Constitución y que, por tanto, todo ciudadano debe encontrar respuesta a sus necesidades formativas, de modo que adquiera un bagaje cultural que le permita convertirse en miembro de pleno derecho de esta sociedad.

Es responsabilidad de las diferentes administraciones equiparar oportunidades, es decir, ofrecer los recursos necesarios para que todo el alumnado, independientemente de sus circunstancias personales, sociales, culturales, étnicas o cualquier otra, logre el desarrollo integral de todas sus potencialidades y forme parte de esta sociedad en continua transformación. Meter párrafo currículo sobre interculturalidad).

Atención a la Diversidad

Por tanto, entendemos la ATENCIÓN A LA DIVERSIDAD como el conjunto de acciones educativas que en un sentido amplio intentan prevenir y dar respuesta a las necesidades, temporales o permanentes, de todo el alumnado del centro y, entre ellos, a los que requieren una actuación específica derivada de factores personales o sociales relacionados con situaciones de desventaja sociocultural, de altas capacidades, de compensación lingüística, comunicación y del lenguaje o de discapacidad física, psíquica, sensorial o con trastornos graves de la personalidad, de la conducta o del desarrollo, de graves trastornos de la comunicación y del lenguaje de desajuste curricular significativo.

Hay que tener en cuenta no sólo las actuaciones programadas desde el Centro Escolar; sino, la influencia del entorno en que se mueve el alumnado. Esto lleva también a buscar el apoyo de otros sectores próximos con los que trabajar de manera coordinada y planificada. En esta línea, el contexto más próximo e influyente es el familiar, con el que es preciso establecer líneas de actuación confluentes, a lo largo de toda la enseñanza obligatoria. Hoy es muy necesario tener en cuenta los diferentes modelos de familia que nos podemos encontrar en una misma aula y la complejidad de relaciones que estos modelos entrañan.

Este enfoque apela a la auténtica profesionalidad del docente, a una alta motivación y a una formación continuada en temas relacionados, no con cualquier enfoque de la educación, sino con una educación funcional, con la educación para la vida (habilidades sociales, consumo…).

Principios generales de Atención a la Diversidad

1.      Favorecedora de la integración escolar y la inclusión social

Las actuaciones dirigidas a atender al conjunto del alumnado deben tener como referente esencial la necesaria normalización de las diferencias dentro del contexto del aula y del centro, el respeto a las mismas, y énfasis en la superación de los obstáculos asociados a la diversidad de todo tipo (cultural, social, ligada a factores intra e interpersonales, a necesidades educativas específicas y a la desigualdad en el acceso al conocimiento).

Todo esto exige esfuerzo en orden a la adaptación de materiales, cambios metodológicos u organizativos, etc., que implican el trabajo colaborativo y el consenso entre los diferentes profesionales de la educación. El decir que el pluralismo es enriquecedor equivale a afirmar que la existencia de una realidad plural exige adoptar medidas diferenciadoras para cubrir las diferentes necesidades y abarcar una realidad educativa que armonice, sin excluir los diferentes matices propios de la diversidad personal y cultural propia de cada aula.

La atención personalizada y temprana del alumnado se convierte en la mejor medida de prevención de los problemas de aprendizaje, de inadaptación escolar y de exclusión social. 

2.      Inserta en la organización del centro

Uno de los criterios prioritarios que deben condicionar la organización del centro debe ser, precisamente, la respuesta a las necesidades del conjunto del alumnado. Este planteamiento requiere una flexibilidad en la propuesta de modalidades organizativas y, en consecuencia, en la distribución de los tiempos y utilización de espacios.

Es el propio Centro, en el uso de su autonomía de gestión, el que partiendo de estas necesidades, decide las medidas a adoptar desde las generales ordinarias a las más extraordinarias y llegue a la elaboración de su propio Plan de Atención a la Diversidad. En todo caso, todas las medidas deben tender a la mayor normalización y, si hubiera que plantear actuaciones de carácter más específico, habrá que procurar que sean limitadas en el tiempo.

Dentro de este entramado organizativo, es fundamental el papel asesor de los Departamentos de Orientación, Orientadores de Centro o del Equipo de Orientación de Sector, como una medida de calidad del Sistema Educativo que debe servir de apoyo tanto al Equipo Directivo como al claustro, alumnado y familias.

3.      Inmersa en el currículo

La estructura y el contenido de los distintos elementos curriculares han de tener presente esta dimensión tendente a incorporar la pluralidad de todo tipo que se aprecia en el aula:



4.      Basada en la reflexión conjunta y en la colaboración entre el profesorado

Una actuación coherente respecto a la atención de la diversidad en el centro requiere un grado importante de compromiso por parte del profesorado; compromiso que, por una parte, responde a la necesaria implicación que todo docente debe tener respecto a esta cuestión, puesto que todos los grupos son diversos y plurales, y, por otra , facilita el desarrollo profesional en la medida que requiere una mayor reflexión sobre la propia práctica y una necesaria coordinación con otros compañeros, tanto del propio centro, como con agentes de apoyo externos.

La implicación del Profesorado se ve favorecida por la Formación del mismo en función de la realidad del Centro; así como la implicación la del Equipo Directivo debe ser apoyada por parte de la Administración impulsando su formación y promoviendo planes dinamizadores en los centros. Hay que destacar, en este sentido, la importancia de que cada centro cuente con un Plan de Atención a la Diversidad, que sirva de referente para los procesos de planificación organizativa y curricular, para su desarrollo y evaluación.

5.      Favorecedora de la cooperación entre profesorado y familias

La cooperación entre el profesorado y las familias es un elemento muy importante para la optimización de los procesos de aprendizaje. Es necesario pues, buscar el intercambio bidireccional de información con las familias, para lograr su implicación en el proceso educativo de sus hijos y establecer pautas de actuación coherentes y complementarias que redunden en su formación integral; así como lograr su participación en la dinámica escolar en su conjunto.

Es interesante aprovechar todos los recursos que incidan en la labor mediadora familias- centro: Tutores, Orientadores, Profesores Técnicos de Servicios a la comunidad, Mediadores de otras culturas. Se potenciarán iniciativas de intercambio de experiencias entre familias sobre aspectos educativos.

6.      Potenciadora de la apertura del centro al entorno y del uso de las redes de recursos sociales de la comunidad

El centro educativo, inserto en un contexto, debe integrarse en la comunidad como un recurso más y, al mismo tiempo, debe conocer y aprovechar la red de profesionales (educadores de calle, especialistas en salud, mediadores culturales, etc.) e instituciones de todo tipo (asociaciones, UBAS, centros de salud…) que pueden redundar en una mejor actuación educativa y, específicamente, en una atención integral a la diversidad del alumnado. A este respecto, se requiere una mayor coordinación de todos estos recursos y una mayor difusión de los mismos.

Por otra parte, se favorecerá la interrelación entre centros educativos; con el fin, no sólo de intercambiar información, sino de colaborar en proyectos conjuntos.


Un mejor aprovechamiento de los recursos de la comunidad exige también una estrecha relación entre instituciones tanto de carácter municipal como autonómico.

LINEAS ESTRATÉGICAS (CONCEPTUALIZACIONES 1997, políticas Educativas de la Modalidad de Educación Especial, Área retardo Mental)

Atención educativa Integral
           
La primera línea dirigida al fortalecimiento de la atención educativa integral de los niños, jóvenes y adultos con retardo mental  con o sin otras condiciones asociadas, que por sus necesidades educativas, requieren de un abordaje pedagógico diferenciado y especializado en los planteles y servicios de la Modalidad de Educación Especial, con la finalidad de garantizar un proceso educativo integral y continuo, cuyas acciones  tienen como objetivo, propiciar el desarrollo, es decir, tomando en consideración sus potencialidades físicas, intelectuales, emocionales y sociales y respetando sus diferencias individuales así como, su ritmo de aprendizaje. Dicha acción está garantizada por la acción coordinada de los Institutos de Educación Especial de Retardo Mental y los programas de apoyo de Prevención e Intervención Temprana, Centros de Rehabilitación del Lenguaje y Equipos de Integración de la Modalidad, dentro de una acción preventiva la cual implica acciones de carácter intra-sectorial e intersectorial dirigidas a evitar o minimizar el riesgo biológico, psicológico y /o social del niño, en la familia y la comunidad.

La atención educativa integral dentro de la modalidad de las personas con retardo mental, desde el punto de vista de la intra-modalidad se llevará a cabo a través de los Centros de Desarrollo Infantil (CDI),  Institutos de Educación Especial (IEE)  y los Talleres de Educación Laboral (TEL), garantizando así, su continuidad en el proceso educativo.

1. En la primera etapa del desarrollo de 0 a 6 años de edad, el niño es atendido en los Centros de Desarrollo Infantil (CDI) donde se inicia su proceso de prevención e intervención temprana de 0 a 3 años. Comenzando su atención en los Centros de Desarrollo Infantil, el cual dependiendo de su compromiso cognitivo continuara a partir de esa edad en los Institutos de Educación Especial para las personas con retardo mental, tomando como base la evaluación integral del equipo interdisciplinario quien determinara la programación a seguir en plan educativo individualizado, el cual enfatice las posibilidades educativas y considere las limitaciones del educando, a través de objetivos en función de procesos que facilite la prosecución escolar de la población, manteniéndose un margen de flexibilidad que considere tanto el desarrollo individual de cada educando como su edad cronológica. En caso que no existir una Unidad Educativa del área el niño continuará en Centro de Desarrollo Infantil hasta los 6 años de edad utilizando la estrategia de seguimiento el cual lo realiza el equipo interdisciplinario del CDI, proporcionando  atención  periódica, mediante  programas convencionales y no convencionales, estableciéndose así, vinculaciones intersectoriales con los sectores Familia, Salud y Organismos No Gubernamentales, entre otros.

            En ambos casos, el equipo, y particularmente el docente debe partir de las necesidades reales de los niños pequeños y su programación educativa, haciendo énfasis en las actividades de la vida diaria, debe estructurar ambientes de aprendizaje y  partir de la actividad iniciada por el niño y de las estrategias utilizadas por los  padres y profesionales para desarrollar actividades funcionales y favorecer su generalización en los diferentes contextos donde se mueve el niño. Es importante señalar la participación activa de la familia en el proceso de evaluación, planificación y ejecución de la programación educativa integral con la finalidad de propiciar el desarrollo de las potencialidades del niño y a la vez orientar y capacitar a los padres permitiendo así la continuidad de experiencias enriquecedoras a los educandos a nivel familiar.

            Los educandos con retardo mental son ante todo, niños y jóvenes con posibilidades y necesidades comunes e individuales, tanto a nivel cognitivo, psicomotor, afectivo como social, siendo sus características más resaltantes los patrones de desarrollo diferentes a nivel del área cognitiva, la cual se encuentran comprometida en mayor o menor grado, haciéndolo funcionar de manera diferente tanto socialmente como en la adquisición de conocimiento.

            En esta etapa es importante, la inclusión de situaciones vivenciales, en relación a las artes, la música y mundo estético como medio de expresión y estímulo de la creatividad y autorrealización, así como también, educación física y deporte. Todo lo cual, constituyen medios para fortalecer el desarrollo de  las capacidades, promoción de la  adquisición y desarrollo de hábitos, habilidades, aptitudes, destrezas, conocimientos y valores que contribuyan al desarrollo armónico de la personalidad,  garantizando así,  una mejor integración social.

            En esta etapa el docente considerará las diferencias individuales, y los diferentes ritmos de aprendizaje del educando a fin de aplicar las estrategias metodológicas especiales y las adaptaciones curriculares a los programas de Preescolar  y  Básica  considerando  el nivel de compromiso de cada educando (a aquellos cuyo menor grado de compromiso) le permitan apropiarse de un contenido programático que lo capacita para la obtención de un reconocimiento de estudio, beneficiándose a sí mismo y a la sociedad a la cual pertenece.

            Por otra parte, aquella  población con mayor compromiso, se apropiará de contenidos programáticos acorde a sus posibilidades, a fin de desarrollar  competencias sociales y laborales que le permitan desarrollar sus potencialidades relacionadas con su independencia personal y adecuación al medio.
           
            2. Los niños y jóvenes de 6 a 15 años con retardo mental  serán atendidos en los Institutos de Educación Especial (IEE),  sin que sea requisito indispensable, su procedencia de los Centros de Desarrollo Infantil (CDI).

            A fin de garantizar la prosecución escolar, la atención educativa impartida a esta población debe estar basada en planificaciones educativas individualizadas, desarrolladas por un equipo en  una acción interdisciplinaria, en función de las características individuales de cada educando que permita vislumbrar los avances educativos en función de su procesos de desarrollo el cual dará la pauta para la prosecución educativa dentro de la Unidad Educativa para las personas con retardo mental, permitiendo así, su promoción a los Talleres de Educación Laboral u otros Centros de capacitación.

            3. - A partir de los 15 años y más la atención de aquellos con mayor compromiso se llevará a cabo en los Talleres de Educación Laboral en los cuales se continuará la atención educativa integral iniciadas desde edades tempranas y la misma estará orientada a la formación y capacitación laboral armonizada con los intereses y aptitudes de las personas con necesidades educativas especiales y las necesidades del mercado de trabajo, concibiéndose éste como un medio de auto-realización personal y social y no sólo como una actividad productiva.  Hecho que garantizará la incorporación efectiva al trabajo y, por ende, la integración laboral y social.

            Esta población tendrá la oportunidad de recibir la capacitación laboral y, según su compromiso una escolaridad mediante el régimen de educación de adulto.
           
            En relación a la de la población con autismo, quienes  entre un 75% y 90% presenta asociada la condición de retardo mental, los mismos serán atendidos en los Institutos de Educación Especial de Retardo Mental, considerando dos alternativas de atención de integración de acuerdo a las características particulares de cada caso y la capacidad instalada de la institución:  

1.      En aulas de autismo de carácter transitorio para luego pasar a las aulas de retardo del Instituto de Educación Especial.

            2. Dentro de las propias Aulas de Retardo Mental de la institución.

En ambos casos, la Atención Educativa Integral para la población con autismo estará orientada por los lineamientos de política educativa del Área de Autismo y del Área de Retardo Mental. Por otra parte es importante resaltar que a cualquier nivel de este continuo educativo existe la posibilidad de integración escolar parcial o total a cualquier nivel o modalidad educativa, dependiendo de las posibilidades de cada educando con las condiciones asociadas de autismo y retardo mental.

Finalmente esta atención educativa integral, en cualquiera de los grupos etarios requiere de acciones intersectoriales a fin de lograr la atención integral de los educandos desde una perspectiva bio-psico-social por lo cual se deben coordinar esfuerzos con los servicios adscritos al Ministerio de Sanidad y Asistencia Social ( M.S.A.S ), Ministerio de la Familia, Instituto de Atención al Menor ( INAM ) etc.

Integración escolar  

La segunda línea estratégica está referida a la integración escolar y corresponde a  la atención educativa de niños y jóvenes con retardo mental con mayor integridad cognitiva los cuales son categorizado como retardo mental leve y quienes por sus posibilidades educativas serán atendidos en los niveles de Preescolar, Básica y la Modalidad de Adultos, con el apoyo de la Modalidad de Educación Especial a través de sus diferentes servicios, garantizando así, su permanencia y prosecución en el Sistema Educativo.

            1. De 0 a 6 años de edad cronológica se desarrollará un trabajo de corte preventivo en el nivel de Preescolar con el apoyo de los servicios de la Modalidad de Educación Especial: Dificultades de Aprendizaje, Área de Retardo Mental, Equipos de Integración,  en un trabajo intra-sectorial, a fin de coordinar acciones que apoyen el desarrollo del  proceso educativo, permitiendo así las adaptaciones curriculares en función de las posibilidades individuales del educando. Los educandos con las condiciones asociadas de autismo y retardo mental serán atendidos en los CAIPA, los CDI o las UEE dependiendo de las características asociadas al cuadro de retardo mental.

            2. De 6 a 15 años de edad cronológica se realizará un trabajo de intervención directa con el niño de menor compromiso, en una acción coordinada de la Unidad de Retardo Mental y los Servicios de Apoyo: Aulas Integradas, Unidades Psico-educativas y Equipos de Integración, así como, una acción intra-sectorial con los planteles de Educación Básica y de Educación de Adultos. El trabajo a realizarse, con  la población con retardo mental en los planteles de Educación Básica se llevará a cabo a través de una atención educativa integral de carácter especializado, con adaptaciones a nivel curricular y estrategias especiales que nivelen al alumno de acuerdo a las exigencias del grado donde éste se encuentre, con la finalidad de propiciar su permanencia y prosecución dentro del Sistema Educativo.
           
            En los IEE de Retardo Mental los educandos que tienen asociada la condición de retardo mental a la condición de autismo y que estén en condiciones de ser integrados en los mismos,  serán atendidos a través de dos estrategias o bien en Aulas para autismo de carácter transitorio para luego pasar a las aulas del instituto o bien entrando directamente a las aulas de retardo mental,  dependiendo de las características del educando y de la capacidad instalada de la institución.  En este proceso los profesionales del área de autismo, retardo mental y los servicios de apoyo deberán realizar un trabajo cooperativo que facilite la integración progresiva de los educandos.  Para esto se brindará el área de autismo brindará apoyo en cuanto a asesorías, actualizaciones y capacitación en servicio del personal que así lo requiera.

            En esta etapa se plantea una relación intersectorial, al articularse el componente educativo con otros sectores como son: salud, familia, recreación y redes de asistencia comunitaria que brinda atención al niño y joven.

            3. A partir de los 15 años de edad cronológica el proceso educativo se desarrollará a través de los programas coordinados entre los servicios de apoyo de la  Modalidad de Educación Especial y los planteles de la modalidad de Adultos, con otros entes  relacionados con la formación y capacitación, tales como el INCE, Programas de Formación Pública o Privada, como Trabajo Juvenil entre otros. Una vez terminados  los procesos  de capacitación para el trabajo se persigue  la incorporación de los educandos al campo laboral de manera efectiva a los fines de su más completa integración social. Los educandos con las condiciones asociadas de autismo y retardo mental asociado que hayan sido atendidos en los IEE ó UEE y que sus características lo permitan deben proseguir su integración hacia los TEL.

Líneas de Acción para la Administración (Conceptualizaciones 1997, Área Autismo)

El Programa de Atención Educativa Integral de las Personas con Autismo ha de ser integral  y el programa de atención debe concebirse desde una perspectiva longitudinal a fin de mejorar la calidad de vida de los individuos con autismo brindando los servicios apropiados a cada fase del proyecto de vida.  Por un lado, se debe fortalecer la articulación de las acciones dentro de la Modalidad de Educación Especial y, por otro, se debe garantizar la integración de los educandos con autismo en acciones articuladas con el resto del Sistema Educativo, así como también con otros sectores. Para esto se deben coordinar esfuerzos intra e intersectoriales en planes de acción concretos y específicos.

       Dentro de la Modalidad de Educación Especial, como variante escolar, la atención a esta población debe ser sistemática e individualizada.  Ya que la población con autismo no conforma un grupo homogéneo, por lo cual, presenta, necesidades educativas diferentes, entonces deberá ser atendido en aquella alternativa educativa que sea más apropiada para el desarrollo óptimo de sus potencialidades y satisfacción de sus necesidades.  En este sentido en aquellos educandos con autismo cuyas características sean de tal naturaleza y grado que presenten dificultad para adaptarse y progresar a través de los programas diseñados para la educación regular deberán ser atendidos por programas específicos complementarios o sustitutivos, transitorios o permanentes (Documento de Conceptualización y Política de la Modalidad de Educación Especial, 1976).

La atención integral de las personas con autismo es un proceso que comienza con una evaluación integral tanto formal como informal siguiendo las tendencias actuales en el área a nivel internacional y lo que aquí se establece. La evaluación inicial o diagnóstica se realiza con un equipo interdisciplinario. Se realiza una entrevista inicial con el Trabajador Social el cual informará acerca del proceso de evaluación y recabará datos sobre la situación familiar, se le entregarán a los Padres unos cuestionarios donde deben describir un día típico con su hijo, cuáles son los principales problemas que afrontan con ellos, de ellos qué es lo que más le preocupa, que es lo que más le gratifica de su hijo, cómo ha influido su hijo en sus relaciones de pareja, familiares, sociales y laborales, en qué desean ser ayudados y qué esperan de la institución y de su programa.  Además se les pedirá que hagan una evaluación de su hijo en comparación con otros niños (según las diversas áreas funcionales) y que realicen una estimación tanto del diagnóstico como de la severidad del mismo.  A fin de explorar sus expectativas se les solicitará que hagan una estimación del futuro de sus hijos en el plano familiar, escolar, social y laboral lo que, a su vez, permitirá determinar la congruencia entre esta estimación y la evaluación que ellos mismos han realizado tanto del niño como del problema.

Se realizará otra sesión en la cual estarán presentes al menos dos integrantes de este equipo interdisciplinario (Médico, Psicólogo, Trabajador Social, Maestro Especialista).  Dentro de la Modalidad de Educación Especial, en los CAIPA, Centros de Desarrollo Infantil (CDI) y Unidades Educativas Especiales (UEE) se realizará una historia de vida completa del educando que contemple datos acerca del embarazo, parto, etapas de desarrollo temprano, enfermedades, antecedentes familiares y características de autismo.  Se realizará una observación  inestructurada y se pasarán guiones estructurados de observación  basados en las tendencias actuales en el área a fin de realizar una impresión diagnóstica de la condición y de las características generales del educando.  Dentro de la evaluación tanto formal como no formal, el Psicólogo en función de la edad cronológica del educando aplicará con criterio flexible las pruebas generales, especiales o escalas de desarrollo que sean requeridas que permitan determinar el perfil, nivel de desarrollo e integridad cognitiva del educando y el Maestro Especialista hará lo propio en el aspecto educativo realizando las adaptaciones que sean requeridas.  En los CAIPA se aplicarán además pruebas y escalas que han sido diseñadas especialmente para esta población realizando la confirmación del diagnóstico lo que permite una orientación precisa del tipo de atención educativa y servicios de apoyo que el educando requerirá.  Así mismo, se determinarán las exploraciones complementarias que habrá que hacerle al educando donde la evaluación neurológica es indispensable.  El Médico, dependiendo del cuadro asociado, determinará otras evaluaciones. En esta fase del proceso participarán los profesionales que la evaluación integral del educando requiera. Si el diagnóstico es confirmado a los padres se les entregará un material de lectura a ser discutido en entrevistas sucesivas o en los grupos de padres. En estos grupos se les aclarará a los padres dudas acerca del diagnóstico realizado, las características de su hijo, se les dará información acerca del CAIPA, se les motivará a su participación activa en el proceso educativo integral de sus hijos y compartirán experiencias e inquietudes con otros padres. En caso de no confirmarse el diagnóstico de la condición de autismo, en base al diagnóstico diferencial realizado se remitirá el educando a la institución que requiera.  Tanto de confirmarse o no el diagnóstico se elaborará el respectivo informe de evaluación así como un programa de atención educativa integral preliminar, ambos serán discutidos y entregados a los padres o representantes por escrito realizando las modificaciones que sean pertinentes.

Tanto en las CAIPA, como en los CDI y en las UEE se organizarán Cursos para Padres a través de la Escuela de Padres a fin de que ellos vayan conociendo más acerca de la condición que acompaña a sus hijos y sus implicaciones;  lograr una participación activa dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje y de las actividades de la comunidad educativa y darles el apoyo requerido a fin de enfrentar con éxito el reto que tienen delante.  Así mismo, en el marco de la descentralización se les debe brindar toda la información requerida sobre las Asociaciones Civiles a fin de lograr que se incorporen a la autogestión de la institución.

       En la Atención Educativa Intrasectorial de la Población con Autismo de los 0 a 6 años la articulación de los CDI y de los CAIPA cobra vital importancia. La detección temprana y el diagnóstico diferencial apropiado conduce no sólo a la referencia hacia el programa de atención educativa especializada adecuado sino que además permite el desarrollo integral del individuo desde los inicios del proceso hasta lograr intervenir más efectivamente en la prevención de la aparición o incremento de determinadas características que afectan el proceso de enseñanza-aprendizaje de las personas con autismo.  El personal en servicio de los CDI debe estar capacitado tanto para la detección como el diagnóstico diferencial como ofrecer  las orientaciones iniciales a los padres y asegurar que la población con autismo que así lo requiera llegue a los CAIPA en función de las características del educando.

       Considerando lo anterior el equipo interdisciplinario elaborará un Programa de Atención Educativa Integral Individualizado (PAEI), el cual se discute con los padres y, toda vez que se hayan realizado los ajustes necesarios en base a la información por éstos aportada, se les entrega por escrito. En los CAIPA el PAEI se lo llevarán lo padres a sus hogares donde comenzarán a implementarlo y regresarán periódicamente a la institución para irlo adaptando (evaluación formativa) conjuntamente con el especialista que le corresponda en función de la realidad del niño y de la familia.  En estas entrevistas sucesivas se irá discutiendo con los padres el material de lecturas que se les entregado en la primera evaluación en el cual tienen información sobre diversos aspectos del autismo, la institución y las diversas técnicas que han demostrado utilidad.  El PAEI podrá ser ejecutado: (a) Por el CAIPA; (b) Conjuntamente entre el CAIPA y el CDI, especialmente en aquella población con otros cuadros asociados que requieran de los servicios complementarios de ambas unidades operativas; (c) Por el CDI en donde no exista CAIPA.  Es decir, que en el CAIPA se le brindarán orientaciones específicas y especializadas a los padres, se realizarán la evaluaciones especializadas en el área de autismo, se elaborará el programa y se capacitará a los padres para su implementación en el hogar.  En los CDI podrá recibir los servicios que estos prestan y que el educando requiera y de los cuales no disponga el CAIPA.  Se debe realizar una acción coordinada entre la Unidades Educativas Especiales que estén atendiendo población con autismo en edad preescolar.

       Para llegar a una verdadera individualización, los programas deben considerar las diferencias entre los diversos sub-grupos de educandos con autismo, aquellos que son verbales de los que no lo son, aquellos que presentan además como cuadro asociado el retardo mental, las dificultades en el aprendizaje, epilepsia, deficiencias sensoriales específicas, entre otros y desarrollar las estrategias pedagógicas apropiadas a sus necesidades.  Se requerirá de la asesoría o servicios de apoyo paralelos de unidades educativas específicas tales como las del área de lenguaje, deficiencias auditivas, deficiencias visuales o impedimentos motores.

       Se debe fortalecer la articulación programática y operativa entre la Modalidad de Educación Especial con los Niveles y otras modalidades del Sistema Educativo considerando la descentralización a fin de lograr un proceso de integración escolar efectivo (Nuñez de B., 1996).

En este sentido, en una acción conjunta con los CAIPA con los CDI, Equipos de Integración, Servicios de Apoyo de la Modalidad de Educación Especial y el Centro Educativo Preescolar deben garantizar la integración,  permanencia y continuidad de la atención integral de los niños con autismo a través de los programas tanto convencionales como no convencionales.

Habrá diversas modalidades de atención una vez que el educando haya sido evaluado y se considere con la condición de autismo.  Si el niño está integrado en un Preescolar o en la Escuela Básica se tratará de que permanezca en las mismas con orientaciones específicas del CAIPA donde exista, en caso de su ausencia los CDI, UEE,  Equipos de Integración (EI) o servicios de apoyo acerca asesorarán y orientarán las adaptaciones curriculares, su administración y el manejo de las conductas ya que éstos aspectos, debido a las características de esta población, representan para el personal directivo, técnico-docente y administrativo que está integrando al educando los de mayor problema. En general se realizará un trabajo profesional cooperativo intrasectorial.

Si no están integrados pueden ingresar al CAIPA manteniendo Entrevistas Periódicas o en Aulas o Pequeños Grupos para Autismo, estos últimos serán para la gran mayoría de carácter transitorio y para una minoría permanentes. La finalidad básica de las  Aulas es lograr que el educando, a través de una serie de estrategias pedagógicas especializadas, se enfrente a las condiciones del resto de los ambientes escolares, en los institutos de la misma modalidad o de aquellos de la educación regular, que al ser integrado posteriormente encontrará.  Es el primer paso hacia la integración escolar.  Se tendrán tanto los PAEI como los planes diarios, semanales y mensuales del aula a nivel grupal, los cuales han de ser evaluados según su perioricidad a fin de que puedan reorientarse durante el desarrollo del proceso educativo (Evaluación Formativa).  A final del año de haberse iniciado la atención educativa deben ser evaluados los resultados del plan educativo individualizado (Evaluación Sumativa).  Los programas son educativos, centrados no sólo en la persona con autismo sino en su familia y buscan desarrollar sus potencialidades.  Se busca que logren seguir órdenes, respetar turnos, seguir en general una rutina diaria con las mínimas conductas disruptivas a través de programas ajustados a sus necesidades e intereses y promover la independencia. Una vez que estos educandos logren integrarse a este sistema se pensará de inmediato en su referencia a otra Unidad Educativa Especial o Regular según su nivel de funcionamiento o integridad cognitiva con ayuda de los Equipos de Integración y Servicios de Apoyo  de Educación Especial.  Para este grupo de educandos con autismo estas Aulas son transitorias

Desde el punto de vista intersectorial, para la población con autismo entre 0 y 6 años se deben coordinar esfuerzos entre el CAIPA, los CDI, los Centros Educativos Preescolares conjuntamente con los programas no convencionales de otros sectores, tales como los Hogares de Cuidado Diario, los Multihogares de Cuidado Diario del Ministerio de la Familia así como intentar reactivar los Hogares de Cuidado Diario Integrados y otros arreglos comunitarios pertenecientes a la sociedad civil u organizaciones no gubernamentales.  En el aspecto preventivo coordinar acciones a través de los CDI con la Red Materno-Infantil.  Es decir, que debe realizarse una articulación efectiva con la red de atención a la población en edad preescolar y seguir los planes nacionales destinados a la infancia.

       En relación a la población entre 6 y 15 años, es evidente, que si se ha encontrado de un 75% a un 90% de autismo asociado con retardo mental, como se ha señalado en diversas oportunidades la primera opción para dar continuidad de la atención educativa integral intramodalidad de los educandos con autismo, toda vez que hallan sido atendidos en base a sus características y necesidades particulares en el CAIPA, será en las Unidades Educativas Especiales (UEE) para Retardo Mental. La primera fase en el CAIPA se requiere debido a que como, ya se explicara, el educando con autismo y aquel con retardo presentan  cuadros con características, especialmente las cognitivas, sociales y de comunicación, que los diferencian, se requiere enfrentar el hecho educativo inicial de ambos grupos de educandos en forma particular y diferencial en función de sus necesidades particulares, al menos para un grupo mayoritario de ellos.  Posteriormente y en el restos de los educandos con autismo que puedan pasar directamente a la Educación Básica, se deberá realizar, paso a paso como ya fue explicado a fin de lograr un proceso de integración escolar efectivo. 

       En los UEE de Retardo Mental los educandos con autismo podrán ser atendidos a través de dos estrategias o bien en aulas para autismo de carácter transitorio para luego pasar a las aulas del instituto o bien entrando directamente a estas aulas de retardo dependiendo de las características del educando y de la capacidad instalada de la institución.  En este proceso los profesionales del área de autismo, retardo mental, equipos de integración y los servicios de apoyo deberán realizar un trabajo cooperativo que facilite la integración progresiva de los educandos.  Para esto se brindará el área de autismo brindará apoyo en cuanto a asesorías, actualizaciones y capacitación en servicio del personal que así lo requiera.  Lo anterior es aplicable también a aquellos educandos con autismo que presentan otros cuadros asociados como Deficiencias Auditivas, Deficiencias Visuales y/o Impedimentos Múltiples donde intramodalidad se realizará un trabajo cooperativo entre los profesionales especialistas que sean requeridos a fin de brindar la atención integral que estos educandos requieran.
    
       Por otro lado,  25% o 10% restante deberá ser atendido por programas diferentes al de retardo mental, ya que posee mayor integridad cognitiva que le va a posibilitar su ingreso a una escuela regular pero presentará interferencias en el proceso de aprendizaje y en sus aspectos sociales, lo cual requerirá de atención complementaria.  En este sentido los equipos de integración,  los profesionales de las áreas de dificultades de aprendizaje y de talento, a través de sus servicios de apoyo y reforzamiento pedagógico garantizarán la permanencia, prosecución y culminación de los estudios de los educandos con autismo. 

       Los educandos con autismo de 6 a 15 años que fueron atendidos entre los 0 y los 6 años a través de los CAIPA, CDI, los Centros Educativos Preescolares y otros Programas No Convencionales de este Nivel y que estén en condiciones podrán ser integrados al Nivel de Educación Básica, de no ser esto posible, entonces o seguirían siendo atendidos en los CAIPA o serían referidos a las Unidades Educativas Especiales de Retardo Mental o hacia aquellos otros según las características particulares del educando.    Aquellos educandos que reúnan las condiciones para desarrollarse de manera integral a través de la Educación Básica deberán ser integrados a ésta y garantizársele a través del trabajo cooperativo descrito la permanencia en este nivel y su prosecución escolar hacia el Nivel de Educación Media y Profesional.

Otro aspecto a considerar es el de la integración escolar.  Según Quill y Twachtman (1993) existen tres áreas a considerar para una integración exitosa de las personas con autismo: las modificaciones curriculares, las adaptaciones instruccionales y las modificaciones de los materiales y actividades.  Las modificaciones curriculares hacen énfasis en el desarrollo de las destrezas sociales, destrezas funcionales y ciertas áreas de contenido académico.  Las adaptaciones instruccionales, que permitirán mejorar el aprendizaje y la generalización, incluyen el uso de rutinas predecibles dentro de las actividades, hacer énfasis en el papel de la motivación en todos los contextos instruccionales  y cambios cualitativos en el estilo de las interacciones entre el educador y el educando.  Los materiales que clarifican la instrucción incluyen el uso de claves lingüísticas escritas y sistemas organizacionales codificados visualmente.   Es decir, se debe llevar al ambiente en el cual la persona con autismo va a ser integrada aquellas estrategias que resultan útiles para facilitar su proceso de enseñanza-aprendizaje y garantizar su permanencia y prosecución escolar.

Cabe señalar que se recomienda seguir los siguientes pasos para la integración escolar de un educando con autismo: (1) Establecer comunicación con el instituto en el cual el educando será integrado, realizando reuniones entre los padres, el maestro del aula de la cual proviene, el maestro que recibirá al niño y los otros educandos de la nueva institución; (2) Realizar las correlaciones funcionales que requiera el educando con autismo entre aquellas habilidades básicas aprendidas y aquellas que se requerirán para integrarse efectivamente a la nueva institución; (3) Ya que a los educandos con autismo le cuesta generalizar lo aprendido de un ambiente a otro es muy importante que se le proporcione sistemáticamente la oportunidad de fortalecer lo aprendido y relacionarlo con los nuevos contenidos curriculares a los cuales se va a ir enfrentando; (4) Es importante realizar adaptaciones curriculares y no simplificar el currículo, así mismo adaptar el material educativo a las necesidades del educando con autismo; (5) Diseñar actividades complementarias para satisfacer las necesidades específicas del educando con autismo integradas dentro de la rutina escolar; (6) Promover la interacción social del educando con autismo con sus compañeros en actividades fuera del aula; (7) Evaluar y revisar periódicamente el proceso a fin de hacer las adaptaciones y reorientaciones que sean necesarias; (8) Establecer jerárquicamente la necesidad de apoyo que requiere el educando y brindárselo en la medida que lo requiera.  Estos pasos pueden adaptarse a cualquier condición nueva de aprendizaje escolar, laboral o social al cual el educando con autismo se vaya a enfrentar.

       En líneas generales  hay ciertas competencias que se requerirán en la mayoría de los contextos fuera de los centros especializados en autismo y que deben considerarse en el proceso de integración escolar hacia otras unidades educativas bien sean de la modalidad de educación especial para niños o jóvenes o de la escuela regular (Mesibov, Troxler y Boswell, 1988): (1) Un sistema de comunicación que sea lo más universalmente comprensible; (2) La capacidad para seguir algún tipo de horario o rutina en forma independiente; (3) Destrezas de trabajo a un nivel tan alto como sea posible; (4) La mayor cantidad de conductas sociales e interpersonales adecuadas que sean posibles; (5) Independencia para cuidar a sí mismo; (6) La mayor cantidad posible de destrezas para usar su tiempo libre.

A fin de facilitar el proceso de integración Se pueden buscar alternativas como el desarrollo de programas utilizando los recursos de la comunidad donde las personas con autismo compartan actividades específicas con pares "normales".  En Venezuela existen experiencias exitosas al respecto, desde edades preescolares hasta la adolescencia.

En relación a la población con autismo a partir de los 15 años  se crearán aulas o grupos para adolescentes, jóvenes y adultos en los CAIPA en las cuales se promoverán actividades de independencia personal y autoayuda, aspectos prevocacionales y recreativas de acuerdo a su nivel de funcionamiento o integridad cognitiva.  Están dirigidas fundamentalmente a aquellos individuos que no se verían beneficiados con los servicios educativos que actualmente brinda el país, así como para aquellos que habiendo sido integrados puedan sufrir regresiones o para aquellos que se estén preparando para ingresar a un Taller de Educación Laboral (TEL).  En estas aulas se deben considerar tanto los intereses como los elementos vocacionales de esta población manteniendo la perspectiva de que educación y trabajo son procesos continuos y donde el trabajo como valor tiene significación social y es la actividad de realización del hombre.  Es evidente que aquellos educandos que también estas aulas o grupos pueden tener un carácter permanente o transitorio dependiendo de la evolución del educando.  Los pasos descritos anteriormente para la integración en los UEE son aplicables cuando haya que hacerlo hacia un TEL en una acción cooperativa con los profesionales del CAIPA, TEL y Equipos de Integración.

       Un grupo importante de educandos con autismo mayores de 15 años podrán ser integrados a los Talleres de Educación Laboral (TEL) para lo cual habrá que considerar no sólo las características del educando sino la misión específica del Taller de Educación Laboral y realizar una integración progresiva como se explicara anteriormente en una acción cooperativa de los especialista de la modalidad.  Otro grupo deberá permanecer en el CAIPA ya que sus condiciones no le permitirán el egreso y otros podrán integrarse directamente al medio laboral de su comunidad para lo cual también se realizará un trabajo cooperativo entre el CAIPA y el centro de trabajo al que ingresará el adolescente, joven o adulto con autismo.  Podrán existir varios tipos de trabajo cooperativo en los cuales el instructor juega un papel muy importante ya que: (a) Un instructor acompañará al joven autista en el lugar de trabajo de la comunidad proporcionándole una capacitación laboral intensiva y luego poco a poco dejará de asistir al centro laboral y el joven o adulto con autismo seguirá recibiendo ayuda de los servicios de apoyo; (b) Un instructor trabajará con varios jóvenes o adultos con autismo en un trabajo específico lo cual puede realizarse en los Talleres de Educación Laboral y  (c) Un instructor trabaja con dos o tres jóvenes o adultos con autismo brindando un servicio específico a la comunidad lo cual puede realizarse a través del CAIPA (Keel, Mesibov y Woods, 1997).

       A partir de los 15 años los educandos con que no pudiesen permanecer o proseguir en los niveles educativos podrán ser atendidos de manera conjunta tanto por el área de autismo de la Modalidad de Educación Especial a través del CAIPA y/o los Talleres de Educación Laboral como por la Modalidad de Educación de Adultos en la forma ya descrita.
        
       A fin de garantizar la integración escolar, permanencia, prosecución y culminación de los estudios en los niveles educativos el área de autismo brindará todo el apoyo técnico especializado requerido, facilitando las estrategias de integración, organización escolar, de adaptación curricular, equipos y materiales, metodológicos y recursos didácticos a través de una acción cooperativa entre los profesionales especialistas de la modalidad adscritos al área de atención, escuela regular, servicios de apoyo, personal técnico, docente y administrativo del Preescolar,  Escuela Básica, Unidad Educativa o Instituto de Educación Media y Profesional y padres y compañeros del educando con autismo a ser integrado.

Con la Modalidad de Adultos se puede realizar un trabajo cooperativo y coordinado a fin de atender aquellos educandos con autismo que han sido excluidos del sistema educativo.  A su vez, se puede trabajar también con los padres de los educandos con autismo en todo el continuo etáreo por medio de  estrategias andragógicas incorporarlos activamente al proceso de enseñanza-aprendizaje de sus hijos, potenciar acciones preventivas de las necesidades especiales, para elevar su nivel educativo y mejorar la calidad de vida de las familas del educando con autismo.

Una vez que estos los educandos egresen del CAIPA se les hará un seguimiento a través de entrevistas periódicas con los padres, visitas a los institutos y evaluaciones anuales ya que la condición de autismo los acompañará de por vida y presentará manifestaciones diversas y características inherentes al mismo a medida que el educando se va desarrollando.  Así mismo, se deben diseñar planes de transición para preparar a los adolescentes a ejercer sus roles como adultos bien sea en el área laboral o de apoyo a educación superior, mantenimiento en el hogar,  llegando a ser participantes activos de su comunidad dependiendo de sus capacidades. 

       Así mismo, se debe garantizar la incorporación de los adolescentes y jóvenes con autismo a los planes nacionales dirigidos a este grupo etáreo.  A través del Ministerio del Trabajo, INCE, IRFA y otros organismos relacionados al área laboral se pueden coordinar acciones que garanticen la formación, capacitación profesional o incorporación al trabajo de los adultos con autismo.

       En todos los grupos etáreos serían conveniente promover el establecimiento de convenios con el sector privado, específicamente con instituciones afiliadas a la CONGANI, Pastoral Familiar y FIPAN a fin de lograr extender esta atención integral a poblaciones a las cuales el sector público no tiene acceso. Así mismo, se debe promover estudios conjuntos que permitan evaluar la experiencia con la cual se cuenta en el país sobre la atención de esta población a la luz de toda la investigación ya existente a nivel nacional e internacional. Por otro lado, para la actualización y capacitación del personal en servicio también se pueden establecer convenios con instituciones del sector privado con amplia experiencia en el área de la atención educativa integral de la población con autismo (LOE, Artículo 36).

       Se deben promover convenios con el CONICIT, IVIC, otras instituciones del aparato científico venezolano y de Educación Superior en Venezuela y organismos internacionales que con el estudio a nivel nacional de aspectos evolutivos del cuadro del autismo, factores de riesgo en comparación con hermanos y la población, estudios neuropsicobiológicos que incluyan aspectos genéticos, inmunológicos, bioquímicos, electrofisiológicos, de estudios por imágenes y farmacológicos se fortalezca la investigación científica que apoye una mejor comprensión de aquellos factores que intervienen en el proceso de enseñanza-aprendizaje de las personas con autismo y se logre así mejorar la calidad de la acción educativa en beneficio de esta población.

       Cabe destacar que a nivel internacional se plantea que al menos un 3% de la población con autismo deberá permanecer institucionalizada debido a las características severas de su condición.  Al respecto se considera que para esta población o para aquella en situación de abandono se deben aunar aún más esfuerzos de tipo intersectorial con salud y protección a fin de garantizar la atención integral de la misma.  Se pueden coordinar esfuerzos ante la experiencia que tiene el INAM con respecto a la permanencia de niños institucionalizados y la capacitación en servicio que podría brindar el área de autismo al personal de esos centros a fin de lograr la atención apropiada de la población. 

       Así mismo, se podría integrar el Ministerio de Sanidad no sólo para aquella población con autismo en condiciones más severas sino en todo lo referente a aunar esfuerzos en cuanto a los servicios de salud que pueden aportar, tales como la red materno-infantil, a la promoción de la salud como en el programa de educación para la salud y a las investigaciones y estudios neurobiológicos que sean requeridos.

       Con el Instituto Nacional de Deportes, CONAC, Consejo de la Judicatura, Ministerio de Relaciones Interiores, Ministerio de la Defensa y otras organizaciones públicas y privadas, como CECODAP, se deberá garantizar además el derecho a la recreación, a la información,  a la cultura y a la protección que tiene la población con autismo a fin de lograr un desarrollo verdaderamente integral.          

Las personas con autismo deben gozar de los mismos beneficios sociales con los cuales el Estado beneficia al niño y a la familia, de manera que las acciones anteriormente descritas podrán articularse con aquellas definidas y diseñadas en la política intersectorial del Plan Intersectorial para el Desarrollo Integral de los Niños, Niñas  y Adolescentes coordinado por CORDIPLAN y apoyado por UNICEF en el cual participaron los sectores educación, salud, familia, red de protección y sociedad civil y todos aquellos planes y proyectos nacionales que ayuden a garantizar el derecho a la educación, supervivencia y protección de la población con autismo en Venezuela.

       En cuanto al desarrollo profesional deben promoverse convenios con institutos de educación superior así como con entes que puedan financiar estudios tanto a nivel nacional como a nivel internacional para actualización, capacitación, especialización y perfeccionamiento del personal en servicio a fin de contar con el recurso humano preparado para atender en forma integral y diferenciada los aspectos biológicos, psicológicos y sociales del educando con autismo en Venezuela (LOE, Artículo 35). Se coordinarán acciones con la instancia regional para que a través de los Centros Regionales de Apoyo al Maestro (CRAM) u otros entes pertinentes a fin de garantizar la actualización y capacitación del personal en servicio.

            De esta manera,  el modelo de atención integral se perfila centrado en la promoción del proceso de enseñanza-aprendizaje del educando con autismo tomando en consideración las variables biológicas, psicológicas y sociales que afectan dicho proceso y las necesidades particulares del mismo y de su entorno en todo su proyecto de vida a fin de lograr su integración social.

Felipe Perozo Elías

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